Conversaciones acerca de “Ver llover” y “Agua / Cero"

Por Verónica Lichtmann y Mercedes Colombo

¡Acá estamos de vuelta! Un nuevo año y con ganas de ponernos al día con la conversación alrededor de libros, lo haremos cada tres meses y ¡te invitamos que te sumes a conversar con nosotras!.

En este caso la conversación es en torno a dos de los libros que llegaron a la sede de EdeLij y como hace un tiempo que no charlábamos nos quisimos dar una panzada con libros de poesía:




Ver llover, Germán Machado y Fernando de la Iglesia, Ed. Calibroscopio, Bs. As. 2010

Agua / Cero, María Teresa Andrueto y Guillermo Daghero, Ed. Comunicarte, Córdoba, 2007


Verónica (V): Agua / Cero (AC) me sorprendió. Me sorprendió mucho un libro de poesía para chicos que juegue tanto con la estructura, con cómo suenan las palabras y no tanto con algo narrativo. No son poesías narrativas, no se cuenta ninguna historia sino que está como muy autorizado el jugar con las palabras, con sus sonidos y con las letras que las componen...

Mercedes (M): Y con lo visual. Hay mucho juego con lo visual, porque hay muchas cosas del significado que están en la forma. Por ejemplo, en la de…llover… Y no tienen título además. Entonces lo que te queda para referencia es o un color o un formato. Por ejemplo, yo te iba a decir ´cuando cae la lluvia´. O sea, ¿cómo te referís al poema? Tampoco tienen número de página. Ahí también hay otra cosa inusual. ¿Cómo hacés para buscar un poema? El de la página tal, el del título tal… desde ahí también hay una propuesta distinta. Volviendo al poema de

´Esta mañana de otoño

clara como gota de agua

en el patio y con la lluvia

han caído tus lágrimas”,

estás jugando con la forma de leer, estás incluso leyendo cómo tu mirada está cayendo como agua… Y en el de ´Alba ama la casa blanca´ también te confunde por dónde leer, sobre todo porque no tiene mayúscula, de repente empieza una frase sin mayúscula y entonces pensás: ¿empecé mal? ¿tendría que haber ido de ´mañanas claras´ a ´la rata Cata´ o de ´mañanas claras´ a ´Alba canta´?

V: Tiene que ver con esto que hablábamos: es un libro juguetón. Ésa es la invitación, jugar desde la estructura, jugar desde dónde empezar a leer, jugar desde todas las palabras con a, todas con e, todas con i… invita a jugar con las palabras, desde su sonido.

Acá mismo en el de la “o”, termina y abajo dice “oh! olvidé 9 acentos´. Termina y te invita a pensar cuáles son y cambia completamente si es “lo corto o lo robo´ o ´lo cortó o lo robó”. Me parece que te invita a esto, a volver a leer y divertirte.

M: Sí, esa propuesta me gusta porque a veces a uno le cuesta acercarse a estos poemas que te desestructuran porque decís ¿dónde está la poesía? porque estás acostumbrado a “uno de rima”, pero poder conectarse con esto del juego de la palabra es muy interesante.

V: Y es un juego muy en serio. No es un juego donde todo vale sino un juego donde de verdad hay poesía. Se usan las palabras desde su sentido.

Por ejemplo, el de ´Había, había una, había una vez….´ para mí le da una vuelta de tuerca a eso porque juega con ir agregando y quitando una palabra, pero el camino de vuelta desarma tanto de significado todo y le da otra vuelta que lo vuelve súper interesante.

(…) ¨Había una vez un perro viejo y torcido que lloraba a mares” (…)

y después empieza para atrás

“A mares lloraba el perro viejo y torcido que una vez había. Lloraba torcido y viejo el perro porque no había mares¨ (…)

Cada una te mete en una historia nueva.

M: Sí. ¿Y te parece que el que la palabra perro esté en rojo, en el medio, es un juego o hay otra cosa? Porque juega mucho con los colores. ¿Habrá algo que está resaltando? A mí me queda esta pregunta…porque no sé si me está llamando a mí la atención sobre algo o es parte de que es una boca de perro y esa es la lengua o eso es una boca abierta. Porque en todas las poesías de este libro hay un juego con el color, en la letra. Como que la letra es importante en sí.

V: Yo sólo lo vi a eso en donde es todo con a, todo con o…

M: Pero está en casi todos….

V: Para mí no quieren decir nada. Sólo un juego, pero puede ser…. El de “Había” es uno de mis favoritos.

M: Uno de mis favoritos es el de la lluvia.

V: Bueno este nos sirve para enganchar con el libro Ver llover. Podría estar tranquilamente en Ver Llover (VL).

M: Totalmente. Porque VL está escrito con todas las líneas en vertical, para abajo, todo el tiempo. Y otra cosa que me llamó mucho la atención de AC y me hizo acordar en seguida de VL es el tema de los ojos, porque en VL está la lluvia y está el ojo.

V: Sí, la mirada.

M: Sí, está la mirada, pero específicamente hay mucho del ojo.

V: Bueno VL tampoco tiene títulos. Y a mí me resultó un desafío divertido pensar por qué estaba estructurado de la manera en que está estructurado y encontrarle cierta estructura porque tiene ciertas divisiones en el medio.

M: Tiene como unas mini portadas que van introduciendo distintos colores, que podrían ser los colores del arco iris.

V: Está esta en blanco, negro y gris y todos esos poemas están acompañados por una franja de lluvia gris, el rojo y todos acompañados por una franja de lluvia roja… Y trataba de ver si tenían algo en común los distintos poemas que estaban dentro de esos capítulos de colores. Y eso yo no lo encontré, pero no sé, quizá tendría que volver a leerlo varias veces más.

M: Si, yo también traté de ver eso y, por un lado, iba viendo el arco iris. Y a veces traté de ver algo más como desde las emociones. Entonces… en donde está todo en lluvia en blanco, negro, gris, me parecía ver poemas más asociados a la lluvia como problema, esto del tornado, esto de la lluvia que no te deja salir a jugar… Pero bueno a lo mejor es más un deseo de encontrarle esa unión…

V: Sí, porque yo iba por ese lado pero después había otros que me no me cerraban. Por ejemplo, el Rojo me desconcertó, no tenían mucho en común unos con otros, dentro del Rojo. Y a la vez algo que me gustó de la estructura es que en cada uno de los capítulos hay una página que es toda lluvia del color del capítulo y una frase chiquita que a la vez se une con las otras portadas de cada uno de los distintos capítulos.

M: Sí, ¡eso me encantó!

V: Por ejemplo, tenés en el Gris

“Si la lluvia es cruenta, será una tormenta.”

Y después tenés que llegar al rojo…

M: “Si la lluvia es dura será mojadura¨

V: Y así se va continuando… Y son como distintos versos de un mismo poema a lo largo del libro.

M: Sí, y es como decías vos, es muy evocativo de todo lo que le pasa a uno con la lluvia, los distintos tipos de lluvia, qué le pasa a uno cuando está dentro de la casa y no puede salir a jugar, qué pasa con la tormenta, cuando llueve y estás en el auto… Todas las cosas alrededor de la lluvia y a mí asociar los colores a las emociones me pareció, justamente, que la lluvia te puede generar un abanico, un arco iris de emociones. Que de hecho el color de la tapa mezcla todos los colores que después se desgranan, como si estuviera desgranando todas las cosas que uno puede sentir cuando llueve. Entonces la lluvia es de todos los colores pero adentro la desgrano, la desmembro. Yo creo que una de las cosas muy lindas del libro es el tema del color y la sensación que te da el rayado para abajo que está constante en la tapa, en las guardas y en todas las páginas…

V: Le da mucha unidad al libro. Y los poemas me parecieron como que se animaban a generar cosas distintas. Está desde el disparate del que caerán

(…)

“un gran chaparrón,

caerán pingüinos,

sapos y lagartos,

arañas y mirlos,

ratones, conejos”

(…)

es el disparate completo hasta uno hiper reflexivo y filosófico como “Estos ojos…” a uno más de crítica social de ver un chico descalzo caminando por la lluvia.

M: Y a uno bien evocativo como el del poema sobre los ruidos que genera la lluvia cayendo sobre el auto. Logra imágenes muy distintas… todo un libro sobre la lluvia. Y me gustó mucho esto que logra el libro: hablar de distintas formas de lluvia, como poder reflejar que hay muchas formas y muchos días distintos de lluvia: un día que llueve con sol, un día que llueve como blando que es verdad que salís caminando y no te importa salir y caminar bajo la lluvia, la garúa, un día que llueve y que el cielo se viene abajo. Y me encantó eso, es un libro que te invita a parar y a pensar en los distintos tipos de lluvia. Si a uno le gusta la lluvia es un libro que te hace recordar todo lo que pasa cuando llueve.

V: Sí, con el Ver llover. Es Ver llover, y sentir llover, porque a veces la lluvia te provoca euforia, a veces te provoca depresión, a veces reflexión…

M: Y a veces miedo, como un tornado… la fuerza de la naturaleza. Es muy amplio, es realmente un arco iris de emociones. Y en ese sentido quizá está bueno volver a ver que lo que nos traía de AC a VL era el agua, la lluvia, pero en AC la lluvia es claramente un hilo que atraviesa todo…

V: En AC para mí el hilo, lo que une a todo es el jugar, no es tanto con el AGUACERO, sino con el Agua Cero con el dividir las palabras y como Agua y Cero se integran en un Aguacero y divertirse desde eso, desde cómo están formadas las palabras, cómo las puedo desarmar y las puedo rearmar inventando una nueva historia.

M: La verdad que da para seguir hablando… ¿qué te parece Vero, si esperamos a ver si alguien más se quiere sumar a la charla?

V: ¿A ver?

2 comentarios:

Germán dijo...

Hola, Verónica y Mercedes. Primero que nada, gracias por sus lecturas atentas y sus comentarios. Veo que no la pasaron nada mal con el libro, lo cual me alegra.

En cuanto a eso de los colores, les cuento que fue una idea para estructurar el libro. Ver llover tiene una introducción, con dos poemas, y cinco secciones, que se corresponden, la primera, con la ausencia y la saturación del color (blanco, negro y gris), luego vienen tres secciones que se corresponden con los colores primarios (rojo, azul, amarillo), finalmente, cierra con una sección que pretende abarcar todos y cada uno de los colores, ordenados en el espectro: del rojo al violeta. Es como si se partiera de una zona de la mirada "confusa" para ir remontando a través de elementos más primarios hasta una complejidad más completa. Pero todo eso es muy teórico. De última, es un marco que sostiene la lectura de los poemas, que también se puede hacer por separado, de a uno, en su unidad.

Algo similar sucede con el simbolismo del color, que es bastante universal para las distintas culturas, que suelen asociar los colores con la temperatura y también con los estados de ánimo. Se habla de colores cálidos y ello va asociado con estados de ánimo extrovertidos y avasalladores o de colores fríos y ello se lleva mejor con estados anímicos de retraimiento y debilidad. Otro marco.

La idea, en definitiva, como ustedes lo señalaron, es que hay matices de color en la lluvia, en las miradas y en los estados de ánimo que ella suscita. Y aunque uno intente ir a las formas más puras, las cosas, como los sentimientos, se entreveran bastante. Pienso que quizás por ello no es fácil asociar linealmente colores, poemas y estados de la lluvia, o estados del "ver llover" / del "yo" que ve. Lo siento: tampoco era cuestión de hacer todo muy fácil ;-) ¡Es que la lluvia tiene su complejidad, verdad?

Además, hay que tener presente que en el libro los textos y las ilustraciones interactúan mucho, y el lector tiene ahí dos fuentes de referencia distintas que dialogan entre sí, lo cual alimenta que surjan diferentes lecturas, y también, desde allí, diferentes estados de ánimo. Bueno, al menos eso intentamos al escribir y al ilustrar.

No puedo decir nada de Agua–Cero porque no lo leí. Pero les confieso que para mí es un enorme placer que estos dos libros aparezcan juntos por aquí, porque admiro a María Teresa Andruetto como escritora y como mujer. Y les cuento un secreto: ella tuvo mucho que ver con que mi libro, Ver llover, apareciera en Argentina. De algún modo, podría decir que lo amadrinó, lo que no es poco.

En otro orden, y para cerrar, que esto se hizo muy largo, les cuento que me gustó mucho eso de que vieran como una "verticalidad" en los poemas. Admiro la poesía vertical de Juarroz: poesía que va desde la profundidad a la luz, ida y vuelta.

Gracias de nuevo, y saludos.

Germán Machado.

Lau dijo...

Por acá sí hay alguien…Me llamo Laura.
Qué bueno está este espacio para conversar de libros…
Les cuento que encantó la propuesta de poesía visual de “Agua Cero”, cuando lo leía sentí eso que evidentemente ustedes bien notan: El disfrute desde el placer de la palabra, de lo lúdico y lo no narrativo -que en ocasiones tiene-. Creo que no estamos acostumbrados a gozar de la palabra por sí misma… y he disfrutado de ella acompañada de fotos antiguas que han evocado otras en mis recuerdos…
Bueno, gracias por la escucha y las referencias de otras obras. “Ver llover” no lo leí pero salgo a conseguirlo ya!
Un abrazo para todos los que integran este espacio y qué bueno que participen también los escritores, como lo hizo Germán Machado.
un saludo mientras tomo un mate, Laura Herrera