Charla acerca de un clásico editado por primera vez en 1982:
“Cuentos en versos para niños
perversos” de Roald Dahl.
Por
Mariela Slosse (*)
- La conversación se produce entre una bibliotecaria muy conservadora y desactualizada y dos niños de 11 años, uno ya leyó el libro y se lo quiere mostrar a un amigo.
[Nota:
el siguiente diálogo es ficcional: cualquier parecido con la
realidad es pura coincidencia! Las ilustraciones que acompañan el relato pertenecen a la autora del
trabajo.]
Joaco: (Señalando un libro
arrinconado en el estante más alto y apartado de la biblioteca) Quiero ese.
Bibliotecaria:
¿Ese?
Bibliotecaria: No.
Joaco: ¿No?
Bibliotecaria: NO,
ese no es para ustedes.
Joaco: Pero el título dice que es
para niños. ¿Por qué no es para nosotros?
Bibliotecaria: Para
niños perversos. No me parece que sea para ustedes.

Juani: Son aburridos, me los sé de
memoria. Yo quiero leer ese, para niños perversos. ¡Él me dijo que está
buenísimo y que Caperucita se hace un bolso con la piel de los chanchitos!
Bibliotecaria:
(Horrorizada). ¿Ven porqué les digo que ese libro no es para ustedes? No es
correcto. Caperucita ni siquiera conoce a los tres chanchitos.
Joaco: Ese es el chiste, el libro
tiene grácia, como cuando dice que a una de las hermanastras le cortaron
la cabeza de un único tajo. Buenísimo, es divertidísimo.
Bibliotecaria: ¿De
un único tajo? (Le alcanza el libro.) A ver…
Joaco: Mirá. Y esto también es
gracioso. Nosotros ya sabemos cómo es el cuento de Cenicienta. Por eso nos
causa mucha gracia cuando en este libro la vemos transformada en una
chica caprichosa, y maleducada. Así como a veces somos nosotros.
Bibliotecaria:
Mmmm, el autor utiliza el humor como recurso.
Juani: Y así Cenicienta no nos parece
tan lejana, y extraña. Parece normal. Hasta rechaza al príncipe y se casa con
uno que hace mermeladas. Parece una Cenicienta más inteligente.
Bibliotecaria: Es
gracioso, pero no sé si está bien. Parece que en cierta forma el autor se burla
de los cuentos clásicos que ya están adaptados para ustedes.
¿No le van a ir a cortar
la cabeza a nadie verdad?
Joaco: Nosotros ya sabemos lo que
está bien y lo que está mal, pero nos gusta el libro porque acá algunos límites
se pueden transgredir y causan mucha gracia.
Juani: (Mirando el libro). Las
ilustraciones también son graciosas. Cómo la de la mamá de Jack trepando a la
planta con un vestido, un delantal y un pañuelo en el pelo. Jajaja, le faltan
los ruleros y se parece a mi vecina.
Joaco: No dan miedo, dan risa.
Algunas también sitúan a los personajes en nuestra época. Tienen tele, secador
de pelo… Caperucita aparece hablando por teléfono.
Bibliotecaria:
Puede ser… Es interesante ver una versión de los cuentos maravillosos en los
que las princesas no son tan indefensas. Me sorprendió esta ilustración en la
que Caperucita aparece caminado con un tapado de piel … ¡que resulta ser la
piel del lobo!. El pobre no era tan
feroz después de todo. Ella es feroz.
Juani: Quiero leerlo, me interesa.
Es como ver a los personajes desde otro
punto de vista.
Bibliotecaria:
Hay que reconstruirlos, imaginarlos de nuevo. Tengo que reconocer
que han hecho aquí un
fantástico trabajo con la rima.
Joaco: Eso también lo hace
divertido.
Juani: Parece que jugamos mientras
leemos. Y nos da mucha risa. Escuchen esta parte:
“
Llegó por fin Caperu a mediodía
y
dijo: “ Cómo estás, abuela mía?
¡Por
cierto, me impresionan tus orejas!”.
“Para
mejor oírte, que las viejas
somos
un poco sordas”. “ ¡Abuelita,
qué
ojos tan grandes tienes!”. “¡Claro, hijita!
Son
los lentes nuevos que me ha puesto
para
que pueda verte Don Ernesto
el
oculista”…
Joaco: Te descoloca, y uno se
tiene que volver a acomodar. Me acuerdo de los textos originales y por eso esto
me hace reír. Yo sé que Caperucita, la original era más inocente. Por eso
quiero conocer esta, es nueva.
Bibliotecaria: El
autor trabaja con el intertexto, es decir, el cuento que vos ya conocés está
presente de alguna manera. Vos tenés que evocarlo, recordarlo y reconstruirlo
con los nuevos datos que te da el autor.
Joaco: ¡Claro! Y así nosotros
participamos de este juego, no solo escuchamos o leemos de forma casi
automática. Nos metemos más con los personajes y con el cuento.
Bibliotecaria:
Sí, los hace participar de manera más activa. No está tan mal después de todo
este libro… ¿Quieren que les lea?
Juani: ¡Sí!
Bibliotecaria:
“¡Si
ya nos la sabemos de memoria!»,
dirán.
Y, sin embargo, de esta historia
tienen una versión falsificada,
rosada, tonta, cursi, azucarada,
que alguien con la cabeza un poco rancia
consideró mejor para la infancia…”
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Mariela Slosse: es escritora, socia de la Asociación EdeLij y mamá de Joaquín y Juani. La conversación
acerca del libro de Dahl forma parte del trabajo realizado por Mariela para el
Curso-Taller: “¿Cómo promover la lectura en niños y jóvenes?” (Resolución Nº
0221/2011) coordinado por la profesora Silvina Juri y organizado en la sede de
EDELIJ (Mendoza).
1 comentario:
Y niñas perversas......
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